Los Consejeros Umbríos

Érebos y Barastyr eran dos ávidos estudiantes en la sección de erudición de la torre arcana de Skuchaín. Eran de los más aplicados, pues demostraban gran interés por todos los conocimientos que tanto Minerva como Félix el Preclaro les enseñaban. Los dos maestros eruditos estaban muy contentos con ellos: hacían todas las tareas, y aún más que eso, pues buscaban información más allá de la necesaria para aprobar la asignatura. Ambos resultaban muy prometedores, hasta tal punto que, cuando apenas les quedaba un curso para finalizar, tanto Félix como Minerva quisieron recomendarles a la reina Sancha III para que los acogiera bajo palacio como consejeros.

Sin embargo, cuando apenas les restaban dos meses para finalizar sus estudios, les sucedió un evento que pocos conocen.

Los eruditos les enviaron a  una tarea de investigación: el objetivo era un tal Okura Rensin, un misterioso personaje que había emergido de las profundidades de la tierra y que, durante mucho tiempo, se le creyó uno de los desaparecidos hijos del dragón. Minerva, sin embargo, conocía la verdad: Okura se había presentado como el Mariscal del Fuego, un título de significado oculto. No obstante, los eruditos temían que Okura estuviera tramando algo malvado, de modo que encomendaron a Barastyr y Érebos que le siguieran y averiguaran todo sobre él.

Los dos aspirantes tuvieron que indagar mucho antes de dar con su paradero, pero cuando lo hicieron, pudieron comprobar que Okura estaba mucho más cerca de lo que creían; de hecho, hallaron su rastro bajo una red de túneles que el propio Mariscal había excavado bajo la torre de Skuchaín.

Así, los dos consejeros se introdujeron en la red de túneles y siguieron el rastro hasta comprobar que las galerías accedían a las mismísimas catacumbas de Skuchaín, y hasta una sala en concreto, cerrada férreamente, en la que se guardaba un antiguo espejo. Fue en el instante de alcanzar la sala que los consejeros hallaron a Okura, se encontraba recitando unos estremecedores ensalmos que, de alguna forma, despertaban una corriente mágica en el interior del espejo.

Dieron un paso para detenerle, pero entonces Okura fue absorbido al interior de la superficie reflectante. Luego ésta se volvió negra y viscosa. Un delgado zarcillo emergió de la superficie, como intentando escapar al exterior. Los consejeros vieron entonces que algo malo estaba a punto de emerger, e intentaron detenerlo.

En efecto así era. Aquella negrura no era sino el quinto Titán, un ser hecho de los restos de los otros cuatro, que cayó a la tierra de Calamburia al principio de los tiempos y que se hizo llamar, simplemente, Oscuridad.

La Oscuridad vivía en otra dimensión, y sólo en contadas ocasiones conseguía acceder al reino de los mortales (como, por ejemplo, cuando las brujas empezaron a investigar la magia oscura).  Pero anhelaba vivir en Calamburia y en el espejo había visto la forma de aproximarse físicamente.

Así, Érebos y Barastyr se lanzaron al espejo y, de un fuerte golpe, resquebrajaron su superficie. Al momento la sala se llenó de un viento furioso. Érebos y Barastyr intentaron protegerse, pero el viento parecía filtrarse a través de su piel. Al momento siguiente, todo paró.

Sí, aparentemente los consejeros detuvieron el mal que anidaba en el espejo. Regresaron a Félix y Minerva y les dijeron que no habían hallado a Okura. De su encuentro con aquel misterioso artefacto no dijeron nada, ni de los efectos que aquel mal hubiera podido causar en su interior.

Dos meses después fueron enviados a Palacio, para servir como asesores y guías de las decisiones de Sancha III, y recomendados por los eruditos Félix y Minerva, y por la misma directora de Skuchaín: Aurobinda.

Por desgracia, la Oscuridad que habitaba en el interior de aquel espejo no ha tardado en revelarse en el interior de los consejeros, y ha provocado que toda Calamburia se suma en tinieblas y caos. Durante un tiempo, los dos Erebos y Barastyr lograron mantener el secreto de su espantosa naturaleza. Sin embargo, llegados a un punto se han revelado como lo que son: los Consejeros Umbríos. Embajadores de la mismísima Oscuridad, un ser sobrehumano -uno de los grandes Titanes, según dicen algunos- de gran poder, que pretende reinar Calamburia desde el terror.

Detener a los consejeros umbríos es la labor que empeña a todos los héroes de Calamburia. De no hacerlo, muy pronto la oscuridad habrá invadido cada rincón de la tierra y los calamburianos quedarán esclavizados para siempre.

Por fortuna parece que hay esperanza, aunque el procedimiento no es nada sencillo: hallar a los siete seres de luz; representantes máximos de la bondad y la justicia, capaces de frenar el mal y devolver todo a la normalidad.


LOS CONSEJEROS UMBRÍOS

Presentación

Son dos personas de apariencia bondadosa… o lo eran. Desde que fueron invadidos por la Oscuridad se han convertido en avatares del mal. ¡Ellos han sumido Calamburia bajo las tinieblas! Guardaos de sus consejos y del terrible poder que emanan ¡Ellos son, los Consejeros Umbríos!


La pareja

Barastyr

Antaño fue un notable sabio y erudito, discípulo de los mejores maestros de Skuchain. Hoy, es el hombre que susurra consejos a la Reina en Sueños. El mal se ha adueñado de su corazón y de su misma alma ¡Una reverencia para Barastyr!

Érebos

Él solía recorrer los pasillos de la torre arcana de Skuchaín, siempre buscando libros de ciencia oculta para incrementar su sabiduría. Un día se topó con algo peculiar: un espejo en el que ocultaba un antiguo secreto. Desde que se vio reflejado en él, su rostro ha cambiado para transformarse en la viva imagen de la maldad ¡Un saludo para Érebos!