Los Efreets son genios malvados ligados al fuego y originarios del mundo faérico. Allí viven en un reino de llamas y ascuas en el que una reina se alza sobre todos ellos.
Pero su reina desapareció hace mucho. Se dice que, deseando más poder, cruzó un portal a la tierra de Calamburia. Por alguna razón los Efreets ven acrecentado su poder allí. Son incluso capaces de conceder deseos. Pero hay un problema: conociendo las palabras mágicas apropiadas, cualquier mísero mortal podría encerrarlos en un receptáculo para transformarlos en esclavos y emplear todo ese poder en su propio beneficio,
Es por eso que los Efreets pocas veces cruzan a Calamburia. El deseo de conseguir un enorme poder es tentador, pero existen numerosas historias que hablan de compatriotas encerrados en contra de su voluntad en botellas, amuletos, herramientas y cualquier otro objeto deshonroso. Obligados a servir para siempre a amos a los que en otra situación harían arder con un mero chasquido de dedos.
No, ese destino es demasiado cruel. Y lo que es peor: se cree que la propia reina ha sido encerrada. Por eso hace tanto que no regresa a su trono.
Los Efreets no pueden aceptar una afrenta como esa. ¡Su reina obligada a servir a un humano! Están profundamente indignados.
En los últimos tiempos un nombre ha comenzado a sonar entre las familias: Sörkh, una efreet que lleva sangre real en sus venas y que podría muy bien suceder a la reina. Ella parece dispuesta, pero las leyes de los efreets impiden que nadie ocupe el trono si la reina anterior no ha muerto.
Por eso, y pese al riesgo que conlleva, Sörkh ha cruzado un portal a Calamburia acompañada de Sîyah, un poderoso guerrero que le ha jurado fidelidad si ella llegase a reinar.
Ambos se mueven por Calamburia con cuidado, recabando pistas sobre el paradero de su reina. Lo que hará Sörkh cuando dé con ella es un misterio. No ha querido comentar esto con nadie. Si acaba con su vida, ella podría reinar, pero tal vez esté pensando en hacer otra cosa…
Mientras buscan pistas han de ser prudentes: la leyenda de que un efreet puede ser encerrado con relativa facilidad es más conocida en Calamburia de lo que parece, y muchos, incluso con pocos conocimientos mágicos, podrían hacerlo. Entretanto, los dos exploradores ya han notado el aumento de sus poderes de una forma notable. A cada paso por esta tierra sienten el control absoluto del fuego, e incluso se ven inmortales. Quedarse en Calamburia es tentador a pesar del peligro.
Eso sí, hay alguien con quien no desean toparse: la Protectora de los Elementos. Ella es capaz de darles órdenes a placer, sin necesidad de encerrarlos en ningún receptáculo. Puede hacerlo incluso en el mundo faérico.
La Protectora no se siente cómoda con que seres elementales crucen a Calamburia. Se dice que es capaz de notar cuando esto pasa, y que si un efreet no es prudente en sus pasos, la Guardiana puede aparecer ante él y desterrarlo al mundo faérico. Eso, como poco.
Tal vez por esa razón Sörkh no pretende matar a su reina. Eso podría perturbar demasiado a la Guardiana, y lo que menos desea Sörkh es desatar la ira de un ser al que no puede causar daño.
LOS EFREETS
Presentación
En parte materiales, y en parte seres elementales. El fuego es su sangre, es por eso que arden en un vivo deseo de venganza. Han venido a la tierra de Calamburia para conseguir más poder. ¡Que tiemblen todos los que se interpongan en su camino! ¡Ellos son los poderosos Efreets, genios de fuego!
La pareja
Sörkh
Es la digna sucesora del reinado. Ha acudido a la tierra de Calamburia para buscar a la reina de los efreets y arrebatarle el trono. No parará hasta que consiga encontrarla… tal vez esté hoy aquí, entre nosotros. ¡Un saludo para Sorkh, heredera del fuego!
Sîyah
Uno de los mejores guerreros entre los efreets. Ha cruzado el portal al reino de Calamburia para vengar a todos los hermanos que fueron encerrados por los viles habitantes de esta tierra. Si alguna vez os aprovechasteis de un efreet recibiréis su ira. ¡Él es Sîyah, Tormenta de llamas!