El mundo faérico es una dimensión paralela al continente de Calamburia. Para los eruditos es una tierra desconocida y llena de magia que, al entrar en contacto con nuestro universo, produce grandes desastres y desbarata las leyes de la física: la gravedad se invierte, es de día cuando debería ser de noche y cosas así.
Por esta razón, las criaturas del mundo faérico deben quedarse donde están y no cruzar al reino de Calamburia. Si demasiados de estos seres campan a sus anchas por la tierra de los humanos, todo comienza a ser dominado por un caos difícil de contener. Es por eso que los magos tienen una rama paralela -los guardabosques- que se encarga de cerrar los portales al mundo faérico.
Sin embargo, los guardabosques no siempre pueden controlar estos portales, y menos aún cuando éstos se abren voluntariamente desde el otro lado, provocados por quién sabe qué magia, o qué intenciones…
Es un secreto para todos en el reino de Calamburia que Anya, la esposa de Aodhan el guardabosques, abrió uno de estos portales desde el reino faérico. Ella, a quien se la creía perdida en los eternos bosques, no sólo logró sobrevivir, sino que llegó a comprender la magia en aquella dimensión y controlarla, hasta transformarse en la Dama Blanca.
Estos nuevos poderes le otorgaron la comprensión de que algo terrible estaba a punto de sucederle a la tierra de Calamburia. Un secreto que debía transmitirse a los héroes de ese lugar. Sin embargo ella no podía hacerlo. A estas alturas, su presencia en la tierra faérica era también muy necesaria, con objeto de protegerla de ese mismo mal que iba a poblar de sombras toda Calmburia. Así pues, seleccionó a tres de los faunos más capaces y hábiles para que viajaran al otro lado, transmitieran el mensaje y, de paso, hallarán a su familia y les dijeran que se encontraba bien al otro lado, pero que aún no podía reunirse con ellos.
Los tres faunos se prepararon a conciencia para la aventura que les esperaba… pero otros tres muy diferentes se les adelantaron: Yrret, Kirta y Lien… tal vez, la verdadera antítesis de los héroes que iban a ser enviados.
Estos “otros tres” faunos, veían con admiración a los héroes que había seleccionado Anya… y como apasionados del riesgo y los misterios, también quisieron ayudar. Eran conscientes de que la dama del bosque jamás los seleccionaría, pero no estaban dispuestos a quedarse en el mundo faérico sin hacer nada, ¡seguro que había algo que ellos pudieran hacer! De modo que, convencidos de sus grandes aptitudes -algo que, a ojos de todos, es objetivamente falso-, se colaron por el portal a Calamburia a hurtadillas, antes de que lo hicieran los faunos seleccionados por Anya.
El reino de Calamburia les pareció un lugar fascinante. Apenas repararon en que su presencia cambiaba los árboles de color y hacía llover del revés. En seguida se pusieron a recorrer la tierra tocándolo todo y descubriendo cada nueva especie animal y vegetal.
Sólo Lien, la más competente de los tres, recordó al grupo que habían venido para una misión. De inmediato descubrieron que se les habían olvidado las armas, las provisiones, las herramientas… ¡Todo! Se dispusieron a regresar a su mundo para recogerlas, pero entonces vieron que el portal se había cerrado a su espalda. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaban los verdaderos héroes? ¿Y los tres faunos seleccionados por Anya?
Por alguna razón, el portal se había cerrado antes de que aquellos faunos poderosos pudieran cruzarlo. ¡Sólo ellos tres habían alcanzado la tierra de Calamburia! Ahora no quedaba otra esperanza: ellos debían detener el mal y la oscuridad, y avisar a la familia de Anya… si llegaban a dar con ella.
De repente, todo el peso de la responsabilidad cayó sobre ellos, haciéndoles entrar en pánico. ¡Sólo habían cruzado para echar un cable en pequeñas tareas, no para transformarse en la última esperanza del reino faérico! Las cosas se habían puesto serias… demasiado para tres faunos con un importante déficit de atención.
Al fin, los tres lograron concienciarse y se organizaron para poner en marcha su misión. Por desgracia, de cuando en cuando detenían sus planes para darse alguna juerga, disfrutar de la naturaleza, echarse una siesta, bañarse en un río… Estaba claro que la misión iba a retrasarse.
De los tres faunos que recorren Calamburia, Lien es la más responsable. Ella todavía tiene muy presente que el bosque faérico corre el riesgo de ser invadido por el mal, y piensa con más frecuencia en la misión.
Los otros dos faunos, Yrret y Kirta, son todo lo que se esperaría de dos jóvenes criaturas faéricas: les encanta bailar, dormir, cantar, comer… y todo lo que no conlleve demasiado esfuerzo. Ambos son hermanos mellizos, pero Yrret es mayor que Kirta por unos segundos. Su madre siempre les dijo que peleaban mucho dentro de su vientre, y que la nacer, también lucharon por ver quién salía antes. Yrret, finalmente, fue quien se impuso. Dio una coz a su hermana y le dobló el cuerno. Así logró salir el primero. Ahora pretende que gracias a eso sus decisiones siempre estén por encima de las de Kirta.
¿Qué se puede esperar de estos tres faunos? ¿Lograrán cumplir su misión en Calamburia a pesar de sus distracciones? Todo parece indicar que, sin duda, van a tenerlo muy, pero que muy difícil.
LOS FAUNOS
Presentación
Son habitantes de un mundo poblado por hadas, duendes y otras raras criaturas. Se han colado en la tierra de Calamburia con la firme intención de salvarnos del mal… pero la realidad es que no son unos héroes, y más que arreglar las cosas, van provocando el caos allá por donde caminan. ¡Saludad a los Faunos!
El trio
Yrret
Le encantan los juegos, bailar y, sobre todo, cantar. Es un apasionado de la aventura, por eso fue el primero en cruzar el portal desde su mundo a la tierra de Calamburia. Ahora, por desgracia, no tiene ni idea de cómo volver. ¡Él es Yrret!
Kirta
Es la más joven de los faunos. Apenas se lleva unos segundos de diferencia con Yrret, su hermano mellizo. Él nació antes, y al hacerlo dobló uno de sus cuernos de una coz. Seguiría a sus compañeros faunos hasta el fin del mundo. Al fin y al cabo, eso es justo lo que ha hecho. ¡Ella es Kirta!
Lien
La más responsable de todos los faunos. Todavía es consciente que ha cruzado a la tierra de Calamburia para frenar un terrible peligro, y no se ha dejado llevar por las maravillas de esta tierra, por los juegos y otras distracciones. Es una pena que le cueste tanto controlar a sus compañeros faunos. ¡Ella es Lien!