El histórico Rodrigo IV tiene una leyenda negra sobre su persona. No era un pasota, como muchos le apodaron, por desaparecer literalmente del trono y dejar a Sancha al cargo del mismo, hasta la llegada de Rodrigo V, “El perturbado”. La historia que hay detrás pocos la conocen. Es mucho más trágica que lo que se dice.
La verdad es que Rodrigo deseaba ascender al trono. Por herencia el título le quedaba cerca… aunque no lo suficiente como para reinar. Deseoso del reino de Calamburia, buscó la manera de gobernar… y se topó con el Traficante de Almas.
Van Bakari, muy divertido por la desesperación de este joven noble, le prometió el trono, a cambio de una compensación cuando éste ascendiera. Rodrigo aceptó y Van Bakari consiguió que se desposara con Sancha (el cómo hizo que ella se fijara en él es todo un misterio).
Así fue como heredó el nombre de los Rodrigo, transformándose el Rodrigo IV. Sin embargo, cuando ascendió al trono, olvidó recompensar a Van Bakari. Éste, al exigir su parte, fue expulsado de palacio. Lleno de ira, decidió cumplir una cláusula en el contrato: si el joven monarca no le recompensaba, se quedaría con su cuerpo y su alma por mil y años y un día. Rodrigo IV fue encerrado en un receptáculo. A todos se les contó la historia de que había abandonado el trono, que no le interesaba gobernar…
Durante mucho tiempo ha estado allí, atrapado en una dimensión en la que no ha envejecido ni ha necesitado comer ni dormir. En ese lugar hizo amistad con otra curiosa criatura: un mestizo de humano e hijo del dragón llamado Hisoka Ronin, quien juraba ser el mismísimo mentor de Van Bakari.
En efecto, así era. Hisoka fue quien enseñó al Traficante de Almas toda la magia que sabía. Pero en algún momento el alumno superó al maestro, y Van Bakari encerró al mestizo en su primer receptáculo, para que su poder alargara su longevidad por tiempo indeterminado.
Van Bakari se ha aprovechado de estas almas durante mucho tiempo, pero en los últimos meses un hecho sin precedentes le obligó a soltar a Hisoka: la mismísima Oscuridad se lo ha ordenado. Al parecer, ésta lo necesita. El Traficante no ha tenido más remedio que aceptar, con la pérdida de poder que eso conlleva.
Al intentar sacarlo, Van Bakari se topó con un problema: Hisoka no venía sólo, pues Rodrigo IV se aferraba a él intentando salir también. El rey, desesperado, hizo una nueva promesa al Traficante: si le dejaba salir, ésta vez le daría lo prometido: poder en el trono de Calamburia. Van Bakari no suele conceder segundas oportunidades, pero esta ocasión parecía prometer mucho divertimento. ¿Cómo se comportaría Rodrigo IV frente al trono de Urraca y Sancha? La oportunidad de ver un espectáculo semejante resultó demasiado tentadora, de modo que liberó a los dos.
Ahora Rodrigo IV e Hisoka se esconden en el Palacio de Ámbar, buscando la oportunidad de conseguir el poder y alzarse en pos de algo que los dos anhelan: el trono de Calamburia.
LA SOMBRA REAL
Presentación
Hace mucho que se les creía desaparecidos… incluso muertos. Sin embargo, han escapado de la prisión mágica en la que estaban encerrados. Ahora esperan recuperar aquello que les fue arrebatado: el mismísimo trono de Calamburis. ¡Saludad a la Sombra Real”
La pareja
Rodrigo IV
Todos le daban por muerto, porque creían que dejó el trono en manos de su sucesor. La realidad, sin embargo, es que su alma y su cuerpo fueron apresados por culpa de no leer la letra pequeña de un contrato. ¡Saludad, gentes de Calamburia, a Rodrigo IV!
Hisoka Ronin
Su raza, los hijos del Dragón, quedó extinta hace muchos, muchos años. Él, sin embargo, ha permanecido todo este tiempo encerrado en un receptáculo mágico. Ahora que ha salido, piensa poner en marcha el plan que lleva perfilando tanto tiempo, y que someterá toda la tierra bajo su poder. ¡Él es Hisoka Ronin, La sombra!