En las oscuras profundidades del Bosque de la Desconexión vive un pueblo enigmático y audaz, conocido como los Zíngaros de Calamburia. Si bien siempre fue una raza amante de vagar libres por las tierras bajo el abrazo del cielo, ahora viven exiliados del mundo en las profundidades de un bosque tan oscuro como sus celosos sus secretos. Sus tiendas ondean al viento, mientras las fogatas arden y las melodías ancestrales se entrelazan con sus almas errantes atrapadas en la sombra. Con sus vestiduras resplandecientes y sus ojos llenos de misterio, los Zíngaros despiertan curiosidad y temor por igual. Maestros de la magia oscura, canalizan las sombras y las energías prohibidas, empuñando un poder que desafía la razón y cautiva los corazones valientes.
En lo más profundo del bosque, su refugio sagrado, encuentran respiro y protección. Allí, los árboles ancestrales, que antaño fueron elfos, se alzan como testigos silenciosos de la existencia de la magia desde tiempos pretéritos. El susurro del viento a través de las hojas cuenta historias de antiguos pactos y conexiones místicas que han convertido a los Zíngaros en seres únicos y temibles. En su danza eterna con la oscuridad, se han batido en el campo de batalla con los impromagos, aquellos portadores de una magia opuesta y radiante. Su rivalidad es legendaria, y cada encuentro entre ellos es un choque de fuerzas antagónicas y voluntades indomables. Pero también han conocido la enemistad de los elfos, cuyos corazones milenarios se llenan de desdén al ver su magia oscura como una profanación de sus raíces ancestrales creadas hace milenios por el mismísimo titán.
En la historia de los Zíngaros, figuras inmortales se levantan como el Patriarca Arnaldo, líder venerado, defendió su pueblo con sabiduría y destreza hasta su último aliento, cayendo en batalla ante el Archimago Alfrid; o Kálaba, hechicera de sombras, que poseía un poder insondable que teñía su mirada con el brillo de la oscuridad y una voz capaz de estremecer con su canto a los muertos, ahora tristemente desaparecida.
Kálaba, esposa del Patriarca Arnaldo y primera matriarca del clan tras su muerte, fué la mayor de cuatro hermanas. La segunda tuvo por nombre Kávila, la desterrada, de la que nadie ya habla en el clan, pues fue expulsada y maldita siendo condenada por su traición a envejecer, a diferencia del resto de zíngaras. La tercera se llamó Káluna, la más hermosa de las hermanas, y de la que se cuenta que legó a ser amante del mismísimo rey Rodrigo V, a quien dió dos hijas gemelas que ahora viven en el Palacio como cortesanas, y cuyo nacimiento provocó la muerte de Káluna; la más joven se llamó Kálima, a la que apodan “la implacable”, y sufrió desde pequeña los vaivenes e inestabilidades del clan terminando por asumir el poder tras la desaparición del resto de sus hermanas. Ella espera que su hijo Arnaldo, al que nombró en honor a su cuñado el Gran Patriarca, llegue a convertirse un día en el nuevo líder del pueblo Zíngaro llevándolos a una nueva era de prosperidad.
Los Zíngaros, en su intrincada danza con las sombras y las energías prohibidas, han entrelazado su destino con el Inframundo. Han forjado pactos oscuros y se han sometido a la voluntad de las Emperatriz Tenebrosa Amunet, señora indiscutible de los Dos Mundos y soberana del Inframundo, como ya hicieron en tiempo de sus predecesoras. Bajo su influencia, los Zíngaros han encontrado protección y conocimiento en los abismos infernales, absorbiendo su poder y desafiando las fronteras entre los reinos de la vida y la muerte. Sin embargo, esta alianza oscura también ha desatado temores y suspicacias entre las demás razas, que ven en los Zíngaros una conexión siniestra con los abismos del más allá.
En lo profundo del Bosque de la Desconexión, una figura imponente se alza entre los ancianos árboles emanando una presencia adusta y severa. Kálima, la matriarca de los zíngaros, ha asumido el poder de su pueblo tras la muerte del patriarca Arnaldo y la posterior desaparición de su hermana Kálaba. Siendo la menor de sus cuatro hermanas, nunca pensó que terminaría siendo llamada a dirigir el futuro de su clan, pero a pesar de no desear el poder, ha tomado el liderazgo con determinación y se asegurará de que las tradiciones ancestrales sean estrictamente respetadas. El dolor por la pérdida de sus hermanas ha endurecido su alma, otorgándole una sabiduría impregnada de sombras y una severidad que ha dedicado tanto al liderazgo del clan como a la educación de sus dos hijos. Conoce los secretos del bosque y canaliza su magia oscura para proteger a su pueblo de sus ancestrales enemigos –tanto los impromagos como a los milenarios elfos– a los que han jurado eliminar.
Arnaldo es un joven guerrero zíngaro y fiel hijo de Kálima. Nombrado en honor del antiguo patriarca fallecido, su entusiasmo contagioso, su persistencia inquebrantable y su destreza con la daga le convierten en un asesino mortal. Arnaldo anhela la aprobación de su madre y se encuentra en una rivalidad constante con su hermana Sámara por ganarse su favor. La daga que empuña posee un poder oscuro: tiene la capacidad de absorber las almas de sus víctimas. Con cada vida que se desvanece, su fuerza y velocidad aumentan, convirtiéndolo en un enemigo más temible. Sin embargo, detrás de su fachada guerrera, se esconde un corazón lleno de lealtad y amor por su familia, alguien siempre dispuesto a brindar ayuda y protección a quienes lo necesitan; una debilidad de carácter que constituye el motivo principal por el que su madre le considera débil.
En la orilla de un río sereno dentro del Bosque de la Desconexión, Sámara se alza con una dulzura cautivadora y una obediencia palpable. Como hija de Kálima y hermana mayor de Arnaldo, Sámara posee un don envidiable: el poder de controlar los cuerpos ajenos a través de su música. Sus melodías hipnóticas manipulan a sus víctimas, convirtiéndolas en títeres en sus manos. Siempre inmersa en conflictos con su hermano, lucha por ganarse el favor de su madre y demostrar su valía. Cautivando a todos con su sensibilidad y emotividad sueña en secreto con abandonar el Bosque y vivir como mujer bardo nómada por las tierras calamburianas. Su voluntad y lealtad son inquebrantables, y aunque su poder es oscuro, su corazón alberga la esperanza de encontrar su lugar en un mundo turbulento. Sin embargo, nunca osaría compartir sus sueños culpables con su madre Kálima a la que admira y teme a partes iguales.
LOS ZÍNGAROS
Presentación
Ellos habitan los rincones más oscuros y del antiguo Bosque de la Desconexión. Unidos por lazos de sangre y magia ancestral, este pueblo errante posee una voluntad inquebrantable y una fuerte identidad. Con su magia oscura, que absorben de los antiguos árboles sagrados, desafían a sus enemigos en una lucha sin tregua cuya antigüedad se pierde en la noche de los tiempos. ¡Temblad como hojas ante la oscura presencia de Los Zíngaros!
El trío
Kálima
Ella es la última de su generación. Como líder de los zíngaros, ha asumido el poder tras la muerte del patriarca y la desaparición de sus hermanas mayores. Con un férreo apego a las tradiciones ancestrales, canaliza la magia oscura del bosque para proteger a su pueblo, ya sus propios hijos, de cualquier amenaza. ¡Bajad la mirada ante Kálima, la Implacable!
Arnaldo
Él es un joven guerrero zíngaro y fiel hijo de Kálima. Su entusiasmo contagioso, perseverancia y destreza letal con la daga se han ganado la admiración de su pueblo. El arma que empuña tiene la capacidad de absorber la energía vital de las almas de sus víctimas, otorgándole fuerza y velocidad crecientes. ¡No parpadeéis ante la hoja sangrienta de Arnaldo, el FILO de las Sombras!
Sámara
Ella combina una dulzura cautivadora con la solícita obediencia a los deseos de su madre. Amante de la música, posee el don envidiable de controlar los cuerpos ajenos mediante sus ritmos hipnóticos. Se trata de un talento que le gustaría explorar, pero no se atreve a confesárselo a su madre. ¡Bailad al son de la música de Sámara, la Encantadora de Cuerpos!