Cuando Sicoco, destrozado por haber perdido el torneo –algo que jamás había ocurrido entre los aiseos-, viajó a los espacios siderales y despertó al Leviatán, toda su raza se sintió avergonzada. Entre los suyos jamás se había visto nada igual. Los seres del aire, como les llamaban los mortales, eran seres elevados, honorables e incorruptibles. ¿Cómo habían podido caer en tal ignominia?
Mientras el Leviatán amenazaba con hundir todo Calamburia, los aiseos decidieron no volver a relacionarse con los humanos. Era tal la vergüenza que sentían, que no pudieron volver a poner sus ojos en tierra.
Por fortuna, el Leviatán fue detenido, y el paso de los años devolvió Caelum a un estado de tranquilidad. El nombre de Siroco fie olvidado. En cuanto a su pareja: Brisa, se la dio por muerta, pues desde su descenso a tierra y la posterior separación de Siroco no se había vuelto a saber de ella.
Los aiseos volvían a estar en paz de nuevo… más o menos.
La realidad para Galerna, hermana de Brisa, era muy diferente. Ella necesitaba descender a tierra y buscar a Brisa, pues estaba convencida de que se hallaba viva en algún lugar; tal vez escondida, tal vez en peligro. Ella era la única que aún conservaba esperanzas, pues aseguraba sentir su presencia. Ni siquiera Bóreas, padre de ambas, creía a su hija. Él, como todos los demás aiseos, también había dado por muerta a su hija, aunque esto le doliera profundamente. Y aunque Galerna le solicitó en numerosas ocasiones que la dejara bajar a Calamburia, Bóreas se negó. El veto de pisar tierras mortales era sagrado. No podía volver a repetirse una situación tan deshonrosa como la que había ocurrido con Siroco.
Sin embargo, cuando Kashiri fue sorprendida y derrotada por los Hijos del Dragón, el control que tenía sobre Ventisca se perdió en gran medida. La personalidad de Brisa emergió entonces por un instante, pero con más fuerza que en ninguna ocasión anterior. Fue entonces cuando, en Caelum, más de doscientos aiseos escucharon su llamada, entre ellos Galerna y Bóreas.
Reunidos en un consejo, los aiseos decidieron levantar el veto y permitir que Bóreas y Galerna descendieran a tierra. Su misión era la de recuperar a Brisa de entre los lazos del inframundo. Algo nada fácil de conseguir, pues la personalidad de Ventisca se arraigaba con fuerza a su espíritu.
Pero, a pesar de lo complicado que parecía, los Seres del Aire ganaron el Torneo y recuperaron a Brisa… al menos en parte. Lo cierto es que la aisea se desdobló en dos entes distintos. Por un lado Brisa, la Dama Celeste, regresó al reino de los Aiseos con su familia; por otro, Ventisca no murió del todo, sino que su ser quedó en el Inframundo como una personalidad independiente, aún como una Guardiana del inframundo.
Ahora los Aiseos se preocupan de preservar el bienestar en Calamburia y, tal vez, conseguir que la malvada gemela de Brisa desaparezca de una vez por todas.
LOS SERES DEL AIRE
Presentación
Llegan desde el lejano reino de Caelum. Son una raza grácil, elegante e inmortal, superior a los hombres en todos sentidos. Han descendido a la tierra para aliviar sus penas y, tal vez, lograr que el reino de Caelum también recupere la paz. ¡Ellos son, los Séres del Aire!
El trio
Bóreas
Es el dueño del viento gélido. Él trae las lluvias, la nieve y el invierno. En Caelum es respetado como uno de los más elevados seres. En la tierra, hay quien le cree un ser divino. ¡Él es Bóreas, señor de los vientos de norte!
Galerna
Su hermana, Brisa, desapareció hace muchos años. Ahora que la ha encontrado, persigue vengarse de quien la encerró. Ella es Galerna, la Dueña de las Borrascas.
Brisa, la Dama celeste
Habitó los cielos en el pasado, pero fue traicionada por el hombre al que amaba, engañada por la Emperatriz Tenebrosa y encerrada en el Inframundo. Ahora, ha sido rescatada por los suyos y devuelta al reino de Cae
lum. Sin embargo, su personalidad malvada todavía existe y aterra Calamburia. ¡Ella es Brisa, La dama celeste