Adonis y Quasi, así se llaman los vigilantes de la enorme Puerta del Este que separa la zona habitada de Calamburia con el inclemente desierto. Los dos vigilantes llevan allí desde que tienen uso de razón. De hecho, llevan allí tanto tiempo que nadie recuerda que otros vigilantes les precedieran. Algunos, bromeando, dicen que Adonis y Quasi llevan parados en el mismo lugar incluso antes de que hubiera una puerta que vigilar. No es cierto, claro… pero casi.
Los dos porteros nacieron en la misma aldea. Desde su tierna niñez se hicieron amigos y compañeros inseparables. Adonis muy pronto demostró ser el líder de la pareja. Tenía un carisma natural, especialmente con las chicas. Quasi, por su parte, se transformó en el primero de sus admiradores; imitaba todos sus movimientos, procuraba hablar y vestir como él… Adonis se transformó en su ídolo.
Con el tiempo, los dos jóvenes muchachos fueron contratados como vigilantes y empeñados en custodiar una puerta que se estaba construyendo al este. El objetivo de esta fortificación era detener las alimañas y las bandas de salteadores procedentes del desierto. Para desempeñar mejor su labor, se les concedió el don de la longevidad. Nunca envejecerían, siempre y cuando no se alejaran mucho de las puertas. Este requisito lo han cumplido a rajatabla desde entonces.
Los porteros nunca, bajo ningún concepto, abandonan la Puerta del Este. Viven en unas garitas al lado de los enormes portones y se turnan para dormir y comer. Pasan horas y horas de pie, con la vista fija en las dunas que se extienden en el horizonte, observando cómo cada día sale el sol y vuelve a ponerse por el mismo sitio. Llevan tantos años juntos y en completo silencio que han desarrollado un extraordinario sentido telepático, de modo que mantienen larguísimas y filosóficas conversaciones mentales, donde debaten sobre los misterios de la vida, el sentido de las grandes leyes que rigen el mundo y otros sesudos temas.
Adonis es un completo donjuán. La cuenta de mujeres a las que ha conquistado se pierde en el olvido. Ellas adoran su lenguaje exquisito, sus formas educadas y su físico escultural. Es tan bueno, de hecho, que ni siquiera hace falta que abandone su puesto para conquistarlas, porque en todo Calamburia se ha extendido la leyenda de sus fabulosas aptitudes amatorias. Son las mujeres las que dejan sus quehaceres -y hasta a sus maridos- y viajan a la solitaria Puerta del Este para comprobar de primera mano lo que dicen de sus caricias, sus besos y los placeres inconfesables que es capaz de proporcionar.
Quasi, en cambio, vive ilusionado con una sola mujer. Está perdidamente enamorado, pero nadie sabe de quién. Su compañero ha intentado sonsacárselo en la soledad de las guardias, pero ni siquiera él ha sido capaz. Quasi guarda su secreto con celo, mientras imagina románticos encuentros amorosos en los que, junto a su amada, retoza sobre las dunas y observa el cielo estrellado. Tanta fantasía edulcorada ha terminado cansando a Adonis, que ahora sólo recomienda a su compañero que se olvide del romanticismo y que, igual que le imita en todo, también lo haga en cuestión de mujeres: le insta a que viva la vida, disfrute del amor concupiscente y se deleite con el sabor de miles de besos.
Y así, con estas diatribas, Adonis y Quasi pasan horas y horas charlando en sus pensamientos. Sin embargo, hace unos días sucedió algo en la Puerta -y que suceda algo ya es toda una novedad-. Una anciana viajera, que venía desde el sur, dejó caer un pañuelo justo antes de entrar. Los dos guardias observaron aquel trozo de tela con curiosidad, se aproximaron y lo cogieron. Tenía una C bordada en color naranja. Al momento se dieron cuenta de lo que significaba. Habían sido elegidos para asistir al Torneo de Calamburia. Pero si se marchaban, ¿quién vigilaría la Puerta? ¿Se atreverían, por primera vez en sus vidas, a abandonar su puesto? Aún discuten sobre esto, aunque ya han empezado a soñar con lo que harían si resultaran ganadores. Adonis desea tener el don de la sabiduría absoluta: mirar a los ojos a cualquier humano y conocer sus pensamientos. En cuanto a Quasi, sólo quiere parecerse más a su compañero, ¿qué otra cosa podría desear?
LOS PORTEROS
Presentación
Amigos de Nacimiento, compañeros hasta la muerte, dos hombres designados por los Reyes para salvaguardar la puerta del este de alimañas y bandidos. Ahora Han dejado sus labores de vigilantes y sus charlas telepáticas para lograr el triunfo. Ellos son: los porteros
Lema
Juntos pero no mezclados
La Pareja
Adonis «El Dotado»
Ha conocido los favores de cuantas mujeres ha deseado, su fama es legendaria entre todas las féminas del Reino de Calamburia y parte del extranjero, pero en realidad nunca las ha entendido.
El es…. Adonis “El Dotado”
Quasi «El Iluminado»
Siempre ha pensado que su compañero es un Ser Superior, porque todo lo que anhela lo consigue. Le imita en todo y si ganan el Torneo podrá conseguir la dotación que precisa para ser igual que él.
El es… Quasi “El Iluminado”
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