¡Ciudadanos de Calamburia! La gran final del Torneo ya se ha celebrado, ¡y qué cantidad de sorpresas aguardaron a los asistentes! Quienes asistimos al épico enfrentamiento de los Reyes contra los Taberneros observamos allí la asistencia de todas las parejas del Torneo. Las Zíngaras y los Seres del Aire ocupaban las primeras filas, y por detrás de ellos, vuestro celebradísimo Cronista halló a los Impromagos, los Piratas, los Porteros y los Desterrados.
Nadie quiso perderse el último combate, y Drawets, presto a las exigencias del público, no tardó en comenzar.
En esta ocasión, cada pareja fue la encargada de presentar las pruebas a los finalistas. Los Impromagos fueron los primeros. Eme y Sirene, tras pensárselo un poco, retaron a un Alphabetum. Sirene convocó un libreto en el que aparecían las letras del abecedario, y bajo el título “Zurraspa”, los cuatro finalistas desarrollaron una historia sobre una receta culinaria a base de yogur, whisky y zurraspas, ideal para todo aquel a quien no le gusten las lentejas.
En las votaciones, los Impromagos también dieron su veredicto, además del voto popular. El resultado fue un logro para los Reyes.
Para complicar más la velada, el pícaro Drawets les impuso a cada uno de los participantes un reto privado que consistía en introducir un titulo, escogido al azar entre los títulos que escribieron los asistentes, durante alguna historia de forma coherente y justificada.
Acto seguido, los taberneros fueron retados por los Seres del Aire (a quienes se les notaba una evidente desavenencia matrimonial) a una Polimorfosis que llevaba por título “Buenrrollismo”. La historia habló de una empresa en la que era obligatorio sonreír, incluso cuando el nuevo empleado se grapaba el dedo y, ya en enfermería, se lo curaban con un puro encendido.
Por su parte, los Reyes tuvieron que defenderse en un Plusque Minus titulado “Qué bien y qué pronto, le dijo la tonta al tonto”. En el relato, la Alcaldesa y el Presidente de la Comunidad corrían a jugarse el dinero de los contribuyentes en un casino. Por desgracia, ninguno sabía jugar al mus.
Tras la deliberación compartida de público y anteriores jugadores del torneo, el logro fue otorgado a los Taberneros.
Ebedi y el rey Rodrigo se enfrentaron a un Nosce te Ipsum titulado “El único fruto del amor es la banaaana, es la banaaana”. Rodrigo portaba el adjetivo “disléxico”, aunque un fallo técnico obligó a cambiarlo por “parapléjico”. Ebedi, por su parte, fue investida con la personalidad “introvertida”. La historia habló de un puesto de frutas, y de una frutera algo despistada, incapaz de cumplir los deseos de su cliente.
Urraca y Yangin se midieron en el Antojo de Cronos. La historia, titulada “El monopoli nunca pasa de moda”, nos mostró un abuelo y su nieta recibiendo los regalos de navidad. El primero insistía para que la niña, que no tenía muchas ganas, jugara. Tanto le apetecía esto, que llegaba a convertirse en su última voluntad antes de morir.
El resultado de este bloque de retos propuesto por los Desterrados fue un empate.
La última Cuadrilogía del torneo fue elegida por Morgana la pirata y llevó por título “Almejas con tomate”. La primera pareja, formada por el rey Rodrigo y Ebedi, desarrolló en estilo “Teletienda” un programa en el que se cantaban las alabanzas a un plato realizado por los Ewoks de Ucrania, y famoso en Tomelloso del Álamo. Rodrigo y Yangin, defendiendo el peliagudo estilo “Disney – Terror”, hablaron de un niño asustado por quienes iban a cocinarlo en una olla; ni siquiera las verduras a su alrededor conseguían arrebatarle el miedo. Yangin y Urraca, en estilo “Telenovela”, hablaron de un mapa del tesoro escondido en una persiana, el legado de unos padres que, en realidad, no estaban muertos. Por último, Urraca y Ebedi, en estilo “Musical”, narraron, con tintes gitanescos, la historia de dos mujeres que dejaban la huerta para ver el mar, y abrían un próspero negocio con ofertas turísticas y gastronómicas.
De nuevo, y como era de esperar dada la calidad de los finalistas, el resultado fue un empate.
En el penúltimo bloque, los Reyes fueron retados por los telepáticos Porteros a un Tempus Reductus. “Fiesta de pijamas en el geriátrico”, como se intitulaba la historia, habló de una purga de ancianos disfrazada de celebración, y cómo la nueva enfermera debía hacer acopio de material para el evento.
Los taberneros asumieron el reto de Musicum Influenza, que llevaba por título “Ayúdame, Batman”. Así, la historia mostraba al superhéroe salvando a una pobre muchacha que, al final, terminaba siendo su esposa.
Los ciudadanos de Calamburia y los ex participantes del torneo dieron el logro a los Taberneros.
El último reto, Alea Iacta Est, fue propuesto por las Zíngaras. Cada personaje falleció trágicamente, mientras se esforzaban por representar el paradójico título “Estoy harta de escribir títulos”. La historia hablaba de negros literarios y de una pareja a punto de divorciarse. En este contexto, Rodrigo fallecía masticando arena de playa, Urraca cenando con su suegra, Ebedi picada en el trasero por una abeja y Yangin en un taxi cubano.
Los taberneros ganaron este último Reto.
Y así, con un resultado de Taberneros 5, Reyes 3, los escanciadores de Calamburia ganaron la Esencia de la Divinidad.
¡Pero, un momento, las Zíngaras reservaban una última sorpresa!
Antes de que Ebedi pudiera beber el líquido que concede todos los deseos, Kálaba y Dulce lanzaron un poderoso hechizo. Entonces, desde un extremo de la arboleda de Catch – Unsum, fue convocada la mismísima Kashiri, ¡la Guardiana del Inframundo! Los Impromagos, Seres del Aire, la pirata Morgana e incluso en bueno de Comosu intentaron detenerla, pero nada pudieron hacer contra su poder.
Kashiri descendió hasta los Taberneros, robó la Esencia y se la bebió. Con ello quedó liberada del Inframundo, dispuesta para conquistar todo Calamburia. Al momento, cada pareja tomó partido a favor o en contra de la Guardiana.
¡Es la guerra, ciudadanos de Calamburia! Las huestes del caos se enfrentan a los preservadores del orden: Kashiri, junto a Ventisca, lideran un ejército formado por los Desterrados, los Piratas y las Zingaras. En el otro bando, los Reyes conducen a los Impromagos, los Taberneros y los Porteros con la intención de parar un ataque capaz de revolucionar todo el continente.
Se que debo contar todo lo acontecido con más detalle, en cuanto ordene mis humildes notas, os lo relataré sin falta.
Es el momento de tomar partido, de examinar nuestra conciencia y decantarse por uno u otro conjunto. ¡Ciudadanos, levantemos nuestras manos para luchar por nuestros aliados! ¿Estáis dispuestos a participar en la Guerra de Calamburia?
